Además de evitar el contagio de enfermedades, la adquisición de buenos hábitos higiénicos ayuda a los niños en su proceso de inserción social entre sus pares y les brinda una sensación de seguridad e independencia.
De pequeños, ellos creen que las normas de higiene son un capricho de los padres, pero con el tiempo, las aprecian.
Según la entidad, los niños son los más vulnerables a esta situación, factor que impidió detener el avance de algunas enfermedades relacionadas con la ausencia de limpieza.
Lo más interesante de este informe radica no sólo en la relación inversa que existe entre pobreza y higiene.
fuente: mundoinfantil.bligoo.com
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